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Los concejos también necesitan reformas urgentes

Esta semana dos grupos de senadores presentaron proyectos de reforma al Congreso de la República, pero -viendo lo que pasa en el Concejo de Villavicencio- es claro que también se necesita reformar los Concejos.

Reformas que tocará por la vía de normas, es decir, imponer unos cambios que podrían darse si los honorables concejales aplicaran un poco de sentido común.

Es que son reformas como estas:

  1. Los concejales deben estar en el recinto de sesión a la hora que se les convoca, no a la hora que les dé la gana llegar. Quien no conteste lista a la hora de iniciar la sesión, se tomará como ausencia y no se le pagará dicha sesión, salvo que presente una justificación razonable. Cinco ausencias no justificadas en un mes, darán lugar a su destitución y remplazo por el siguiente en votación de su partido. Ese procedimiento estará a cargo de la mesa directiva del Concejo (teniendo en cuenta que la Procuraduría al parecer desaparecerá).
  • Los concejales deben permanecer durante toda la sesión en el recinto, salvo ausencias de 4 minutos para ir al baño. Quien se ausente sin solicitar expresa autorización a la presidencia por alguna razón de fuerza mayor, incurre en evasión de su responsabilidad. Quien acumule tres evasiones en el mes, será destituido y remplazado por el siguiente en votación de su partido. Ese procedimiento estará a cargo de la mesa directiva del Concejo (teniendo en cuenta que la Procuraduría al parecer desaparecerá).
  • Los concejales solo podrán excluir proyectos del orden del día cuando existan argumentos indiscutibles, como ausencia de los ponentes, ausencia de los funcionarios citados o que falten los documentos soporte para poder hacer el debate correspondiente.
  • Los funcionarios que sean citados no presentarán previamente las respuestas del cuestionario a los concejales (eso para evitar que, mientras el funcionario lee las respuestas, los concejales hacen de todo menos prestar atención a lo que dice el citado y no contrapreguntan para aclarar los temas). Si el funcionario citado no responde una de las contrapreguntas alegando que ese punto no estaba en el cuestionario, tendrá 5 minutos para consultar vía telefónica y entregar la respuesta que se le exige.
  • El Concejo no es escenario para discusiones personales ni discursos infinitos. Por lo tanto, cada concejal tendrá máximo 10 minutos para presentar argumentos enfocados al proyecto que se va a votar. Lo mismo en el punto “proposiciones y varios”.
  • Los concejos no podrán añadir procedimientos que no aparezcan en la normatividad nacional que rige el desarrollo de las sesiones.

Esto último es porque en el Reglamento Interno del Concejo de Villavicencio aparece un recurso de apelación contra proyectos que sean derrotados en la votación, en contra de lo que dice el artículo 75 de la Ley 136 de 1994: “Los proyectos que no recibieren aprobación en primer debate durante cualquiera de los períodos de sesiones ordinarias y extraordinarias serán archivados y para que el Concejo se pronuncie sobre ellos deberán presentarse nuevamente”.

Ocurrió que en la Comisión de Presupuesto no aprobaron el cupo de endeudamiento que solicita el alcalde por $50.500 millones. La votación fue: 4 votos negativos, 3 positivos.

Pero se interpuso apelación, en la plenaria se aprobó la apelación y el proyecto fue enviado a la Comisión Administrativa (porque en la de Presupuesto hay mayoría de la oposición) y allí se aprobó en primer debate.

Hay discursos en el Concejo que en vez de argumentos reflejan ira: “Que no nos vengan a decir que ese nuevo crédito que se está tratando de aprobar a los mierdazos es la solución para todo”, dijo el concejal Richy Gómez.

Tanta controversia sobre el cupo de endeudamiento que solicita el alcalde se podría simplificar citando a los diarios económicos que advierten que no es el momento para sacar créditos bancarios. Texto tomado del diario La República:

“El costo de pedir dinero prestado ha venido al alza desde enero de este año producto de un aumento gradual de las tasas de intervención del Banco de la República. El primer fenómeno para entender esta alza es la inflación, cuyo dato alcanzó 9,6% en junio pasado, y ahora, para julio, se espera que alcance los dos dígitos.

El Emisor, para contrarrestar el incremento del costo de vida, ha tenido que subir la tasa de intervención desde enero de este año: a finales de 2021 dicha tasa estaba en 3%, para abril llegó a 5% y el último dato revelado el día de ayer la ubicó en 9%, 150 puntos básicos más que el mes pasado (7,5%)”.

La oposición es buena, es necesaria, es parte de la democracia. Pero “a los mierdazos” no cumple su función de control o de freno al poder.

Omar Camargo
Periodista

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