Hay que revisar las viejas costumbres

Con el nuevo Gobierno nacional que está en plan de reducir el gasto público, asignar más recursos a la inversión social y tratar de cambiar este país convulsionado por uno con menos desigualdad, parece oportuno revisar ciertas viejas costumbres de nuestros políticos locales.

Este fin de semana en Villavicencio tenemos Torneo Internacional del Joropo y otras fiestas grandes en Puerto López y Granada. Y claro, hay quienes critican que unos pocos en fiestas mientras el resto soportando un montón de necesidades, así que habría que analizar: ¿acabamos las fiestas para invertir ese dinero en solucionar esas necesidades?

El diputado Juan Camilo Chávez se animó a abrir el debate. No en la Asamblea sino a través de su cuenta en Facebook donde publicó: “(JuanMentiras) se gasta 7.000 mil millones en 4 días en fiestas. Con eso y hasta menos le resolvería el futuro deportivo a más de 2.000 niños, pero verdad que el show y la farándula son su prioridad”.

Y mostró, como ejemplo, la pista de patinaje del complejo deportivo Villa Olímpica que necesita arreglos. También mostró el caso de un niño que se cayó en ese escenario y sufrió heridas que requieren intervención quirúrgica.

Por su parte, el gobernador Juan Guillermo Zuluaga, quien estuvo promocionando este año el Torneo del Joropo en Estados Unidos y México, ha defendido las fiestas organizadas por el Estado porque generan empleo y dinamizan la economía local.

Ciertamente en el parque Las Malocas y alrededores se observa mucha gente de estratos bajos ganándose un dinero con venta de cerveza, parqueaderos improvisados, ventas de comidas, vigilantes, empleados de empresas que tienen stands, entre otros.

Un vasito de limonada tiene alta demanda dentro del parque, especialmente en días soleados. Así que no se necesita tener una industria de alta tecnología para vender y ganar.

Y está claro que la cantidad de turistas que llegan de Bogotá y otras regiones dejan un buen dinero a la economía local.

El problema es que son apenas cuatro días, así que la pregunta es: ¿se justifica que el Gobierno invierta más de $6.000 millones para ayudarle apenas durante cuatro días a unos pocos metenses?

Recuerdo una vieja estrategia: hay que echarle lápiz. Si esos $6.000 millones benefician a 1.000 personas de estratos 1, 2 y 3 durante cuatro días, pero pueden también beneficiar a 1.000 deportistas durante varios años (optimizando sus escenarios)… hay que echarle lápiz.

Una opción es que la organización de las fiestas quede por cuenta de la empresa privada. Se supone que un empresario que traiga a Marbel y cobre la entrada, igual gana. La Gobernación podría prestar los escenarios. Así no tiene que gastarse $6.000 millones en cuatro días y nos evitamos escándalos: que ¿por qué le pagaron más de $100 millones a Marbel por cantar una hora?

Echarle lápiz, meterle sinergia, pragmatismo y sentido común de pronto nos llevan a cambiar viejas costumbres por cosas parecidas, pero mejoradas. Más aceptables a la razón.

Omar Camargo
Periodista

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