Hay que consultar a los que saben
Sobre la reforma tributaria que presentó el Gobierno Petro al Congreso se oyen muchos comentarios, unos a favor, otros en contra. Para entender el tema toca consultar a los que saben.
Una columna del profesor Jairo Orlando Villabona Robayo, investigador de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional, ayuda a entender una parte del tema.
Villabona comienza explicando que los gremios son invitados permanentes del Gobierno en la discusión de algunas políticas públicas, lo que no ocurre con los trabajadores ni con las universidades públicas. Y eso es porque tienen poder político debido a que participan directamente en la financiación de las campañas políticas.
Son los mismos gremios que participan ampliamente en la pauta publicitaria y eso repercute en que los medios de comunicación con frecuencia los exaltan como los expertos que nos pueden decir dónde es que ponen las garzas.
Además, los grupos económicos propietarios de los medios de comunicación están afiliados a esos gremios.
“No es adecuado que los gremios aprovechen su posición dominante para imponer políticas públicas que se acomoden exclusivamente a su beneficio y que sean difundidas a su acomodo en los medios de comunicación que dominan”, comenta el profesor Villabona.
En el Congreso de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (ANDI) –celebrado en agosto– su presidente, Bruce Mac Master, indicó que los impuestos conjuntos de las utilidades de las empresas y los dividendos con el proyecto de reforma pagarán una tasa promedio del 67,1%.
Pero Villabona asegura que esta afirmación del presidente de la ANDI es totalmente infundada y que hoy Colombia es un paraíso fiscal para los grandes accionistas.
Explica que cuando en Colombia las empresas obtienen utilidades, no necesariamente implica que sus propietarios paguen un impuesto por las utilidades. Esto sucede porque las empresas pueden decidir no distribuir dividendos (utilidades) entre sus accionistas.
“Por ejemplo, supongamos que el Banco ABC de Colombia, en el cual un accionista y su familia tienen el 60% de la propiedad, obtiene en un año $5 billones de utilidades, y el Banco decide no distribuir utilidades; en realidad este accionista y su familia ya son más ricos en $3 billones, pero no pagarán un peso de impuestos en ese periodo, lo cual no sucede con las rentas de trabajo”.
La distribución de utilidades en acciones constituye un Ingreso No Gravable. Villabona cita ejemplos:
“El mejor ejemplo de lo que pasa en Colombia se puede apreciar en el meganegocio de los Santo Domingo, que aun siendo el más grande y con mayor utilidad de la historia de una empresa que realiza gran parte de sus operaciones en Colombia, su impacto fue inmaterial para las arcas del Estado”.
“En octubre de 2015, en menos de una década los 3.500 millones de dólares (15,2 billones de pesos) que recibió la familia Santo Domingo en acciones de SABMiller se convirtieron en 14.500 millones de dólares ($63,1 billones de pesos) en el momento de la venta a AB InBev”.
La utilidad es cerca de 47,9 billones de pesos, pero se convino que para los dos mayores accionistas el pago era mínimo en dinero y la mayor parte en acciones. Como los intercambios de acciones no tienen costo tributario, el 90% de lo recibido no pagaría impuestos.
Otro: en 2012 el impuesto de renta para el 1 por 100.000 de mayores ingresos –es decir las 20 personas más ricas del país– estuvo solo entre el 1 y 2%, mientras la tasa efectiva promedio de los trabajadores es cercana al 15%.
En otro caso, al revisar la declaración de renta del año gravable 2018 de un expresidente del Senado, se pudo verificar que obtuvo por dividendos $516 millones y no pagó un peso de impuestos.
Colombia tiene un sistema tributario clásico, en el cual la empresa paga un impuesto y luego el accionista, aparte, paga otro impuesto sobre los dividendos recibidos.
La conclusión del profesor Villabona: “Según el Banco Mundial, Colombia es uno de los países con mayor inequidad en el mundo. El presidente de la ANDI, y en general los gremios, deben ser más conscientes de que una mayor equidad los beneficiará también a ellos, habrá más seguridad, menos informalidad, más empleo, más demanda y desarrollo, más ventas, más utilidades”.